Después de una semana de tregua en Santander os iré mostrando algunas de las fotografías que han salido de este agradable viaje.
Las noches en invierno se adelantan y cubren la ciudad a media tarde, dando la oportunidad de ver la actividad de la ciudad bañada por el amarillo de la iluminación y oler las castañas asadas, comida tradicional en un paseo de invierno. Esta vez las castañas serán servidas en la Plaza Porticada con el horno dentro de una locomotora de tren de Ontaneda; sin duda una elegante forma de vender castañas y a la vez adorno bonito y tradicional en la noche de Santander.
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