Al acabar los exámenes de enero decidí que había que hacer una pausa y me fui la semana pasada a Santander a cambiar un poco de aires.
Había que descansar un poco antes de empezar el nuevo cuatrimestre de clases y como digo me marché a mi ciudad favorita y solo me fui con el Proyecto de Fin de Carrera para ir adelantando, pero nada más.
Ha sido una semana con un poco de frío y fuertes temporales, pero no me quejo, pude salir todos los días a la calle y disfrutar viendo el mar enfurecido. Unos paseos muy agradables por la Playa del Sardinero que me pude dar a la orilla del mar viendo las grandes olas que se levantaban varios metros por encima del suelo y hasta cubriendo parte de la Isla de Mouro.
Me he venido con una buena colección de imágenes de la semana tan buena que he pasado de manera que poco a poco os las iré mostrando. Hoy las que os traigo han sido tomadas desde la Playa del Sardinero y vemos en el horizonte la Isla de Mouro, cubierta en parte por la brisa marina levantada por las olas que nos muestran esa espuma sedosa en el aire al romper.
Tengo un amigo que me ha comentado más de una vez lo bravo del Cantábrico comparado con la tranquilidad del Mediterráneo en Málaga. Estupendas fotos. Un abrazo.
Efectivamente, no tiene comparación. Yo he estado en Málaga y las mareas por supuesto que existen pero no se notan, aquí puede haber entre un 1 metro y 1.5 metros de diferencia entre las mareas, por no hablar de la fuerza de las olas.
En Málaga efectivamente es un plato pero no por ello menos peligroso, que las corrientes no se ven. Aquí en verano hay menos olas, pero casi siempre hay y en las Playas de fuera de la Bahía se llegan a ver de gran tamaño. Conclusión, cada sitio es diferente y hay que bañarse con cuidado y con respeto al mar en todos ellos, hay que tener cabeza.
Muchas gracias por el comentario, y me alegro de que te hayan gustado las imágenes 🙂 Un abrazo!
Bonitas fotos, el Cantábrico cuando se enfada, se enfada de verdad 🙂
Muchas gracias Luz! Si si, cuando se enfada hay que llevar cuidado, a mi me llevo de pequeño mi padre un día a Liencres en verano y había bandera negra, y creo que nunca más la he visto 🙂
Un abrazo!!