La verdad es la renovación del Hotel Sardinero sin duda alguna le da una gran belleza a la Plaza de Italia como ya vimos en el verano pasado.
Esta vez volvemos a ver el Hotel Sardinero por la noche, pero en invierno, la semana de enero que estuve en Santander. No soy un entendido en la materia, pero lo cierto es que el Hotel Sardinero me parece un edificio espectacular y elegante, y al caer la noche se muestra con una iluminación que lo realza más todavía; podría decir que incluso me gusta más de noche que de día.
Por cualquiera de las fachadas por la que lo mire me gusta. Lo único que no me gustan son las señales de tráfico y el cartel luminoso del tejado, pero son cosas que no se pueden evitar. La verdad es que junto con el Casino de Santander estos dos edificios hacen de la Plaza de Italia un lugar agradable y bonito para pasear.
Antes de despedirme hago un añadido al artículo con una breve historia sobre el Hotel, la cual conocemos gracias a Conoce Cantabria, a continuación la cito.
Breve Historia del Hotel Sardinero
La historia del Hotel Sardinero se remonta a finales del siglo XIX cuando Juan Pombo Conejo decidió apostar por la zona de playas con una visión de futuro como nadie ha tenido hasta el momento en Santander. Pombo, que sería recompensado con el título de marqués de Casa Pombo por su trabajo en favor de la monarquía española, ideó para El Sardinero todo una red de complejos turísticos que pasaba por un balneario (donde hoy está el restaurante Maremondo, antes Río y aún antes Rhin) con todos su bajos dotados de bañeras para tomar las aguas marinas con algas; un casino en el mismo solar que ocupa el que hoy conocemos, y un hotel, que denominó Gran Hotel, hoy Sardinero. Y como era necesario un transporte cómodo hacia la playa construyó un tren, conocido (no podía ser de otra manera) como ‘de Pombo’. Para rematar su empresa turística, el empresario abrió en los Arcos de Dóriga, en pleno centro de la pequeña ciudad de Santander, una oficina de información turística.
La certera visión turística de Pombo le llevó, incluso, a construirse su mansión de verano detrás de su Gran Hotel, en el solar que ocupa la Villa Piquío que hoy conocemos. Es muy diferente de aquella que levantase Pombo para él y su familia y en donde se hospedó parte de la Familia Real durante sus visitas a Santander (Isabel II y Alfonso XII).
El hotel de Pombo es un símbolo de El Sardinero y ha sido tantas veces transformado como lo ha sido la zona, con su primitiva plazuela del Pañuelo, hoy plaza de Italia. El Gran Hotel fue edificado en 1890, reformado en 1915, ampliado en una planta en 1951 y nuevamente reformado y transformado en 1997.
Información: Hemeroteca de El Diario Montañés.
La última remodelación consistió en su total demolición y posterior reconstrucción en hormigón, respetando tres de las fachadas originales, la trasera que da a la C/Panamá es totalmente distinta de la original, ya que el edificio tenía planta de U.
Información: Conoce Cantabria.
Larga historia de adaptación la de este hotel y magníficas fotos. Un abrazo.