Ya estuvimos viendo el estanque secreto de la Península de la Magdalena pero me quedaba pendiente enseñar a su solitario ocupante.
Este patito que vemos en las imágenes estaba solito allí en su pequeño estanque, nadaba un poco y luego se salía y se quedaba en el borde. Cuando se quedaba en el borde la escena era inmejorable, «el patito y su espejo».
Una simetría perfecta, y no solo por el propio animal sino también por todas las hojas y objetos en el borde del estanque. Y cuando estaba en el agua nadando también tenía sus bonitos reflejos por las ondas que había al nadar sobre el agua.
Tendremos que agradecer a este solitario patito el estar allí cuando estaba yo por allí descubriendo el estanque con la cámara. Os dejo ahora una galería con todas las imágenes de este solitario pato.
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