Estaba claro, era día para ir bien equipado con paraguas, yo volvía de dar mi habitual paseo de la tarde por el Sardinero y decidí parar a mitad de camino para pasear un poco por el paseo marítimo viendo la Bahía de Santander; no duré mucho, pronto se puso a llover.
La verdad es es que mucho no podía durar yo por el centro, estaba claro que el cielo estaba amenazante, pero bueno, aún así logré hacer alguna foto antes de que empezara a caer fuerte y tuviese que guardar el equipo.
Aunque se pusiera a llover mereció la pena porque la verdad es que las nubes tenían una buena disposición, estaba muy bajas, cubrían casi toda la punta de Peñacabarga, un buen espectáculo con la lluvia; y además los dos paseantes con su paraguas mirando hacia Peñacabarga y la Bahía de Santander ayudaron mucho en la composición.
Bueno y aquí la última, una prueba en Blanco y Negro de aquel día oscuro. Es el espigón del Palacete del Embarcadero, aquel paseante no le importaba mucho la lluvia y eso que empezó a caer con bastante fuerza en unos momentos.
Espero que os hayan gustado estas tomas desde el centro de Santander de un día pasado por agua.
0 comentarios