Hace unas dos semanas estaba yo estudiando y ya cerca de la hora de la comida me animé cogí el coche y me fui a llevar a mi perro Leopoldo a dar un paseo por El Pardo. Aprovechando que en estas épocas de estudio tengo poco tiempo para salidas fotográficas pues cogí la mochila con la cámara para aprovechar el paseo.
Hacía bastante buena temperatura a pesar de que estamos ya en otoño, algo de frío hacía en las sombras pero al sol como digo la sensación era agradable. Las hojas de los árboles ya estaban entre verde y amarillo, con el típico contraste al inicio del otoño. La verdad es que el río Manzanares no lo vi demasiado lleno, y con razón, está empezando a llover ahora hace unas dos semanas apenas llovía.
Estuve andando cerca del río viendo los bonitos reflejos que los árboles con sus contrastes otoñales formaban sobre el mismo. Los juncos cubriendo gran parte de las orillas también entre verde y amarillos y con un bonito brillo causado por la incidencia de la luz del sol, parecían pequeñas llamas de fuego cada uno de ellos.
No dudo que hiciera un buen día como para sentarse a la orilla del río a pescar, pero lo que ya dudo más es que en río Manzanares se pesque algo comestible; el caso es que hay quien si pesca en él, podemos ver las pruebas en la siguiente toma.
No me puedo despedir sin antes proponeros una comparación, ¿no os suena la primera imagen que he puesto? Resulta curioso comparar el mismo lugar en dos estaciones diferentes, recordad como el año pasado en invierno era un paisaje mucho más desolador aunque con grandes reflejos, todo tiene su encanto 😉
Es una buena fecha para la fotografía, enhorabuena por las tuyas. Saludos.
Muchas gracias por el comentario Antonio!
Un abrazo!