Después de haber estado en la Cetárea de Rinlo viendo las vistas desde los acantilados nos dirijimos al Faro de Ribadeo para ver las luces del atardecer. Momentos antes de la puesta de sol se veía un árbol en el acantilado especialmente iluminado por la luz del atardecer.
Las luces del atardecer iluminaban directamente aquel árbol solitario sobre los acantilados de Ribadeo, junto con las nubes se formaba una escena singular. El momento duró a penas unos minutos, estábamos ya cerca de la puesta de sol, hacía viento y las nubes cambiaban rápidamente.
Estos breves instantes nos dejaron imágenes interesantes de la zona, unas luces típicas de una tormenta que daban a la escena unos colores muy diferentes.
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