Resulta llamativo la cantidad de cosas bonitas que nos rodean, la mayoría de ellas dignas de fotografiar, y muchas veces las pasamos por alto o incluso pasamos por encima de ellas.
Como por ejemplo este charco de París en el que nos paramos a tomar una fotografía por los contrastes entre las hojas caídas de los árboles de la ciudad y los reflejos de los edificios colindantes.
Si no mal recuerdo cuando topamos con este charco estábamos admirando algunos escaparates de ropa o perfumerías parisinas, no es lo normal quedarse mirando un escaparate, pero en este caso era justificable, porque eran verdaderas obras de arte, quien los haya visto supongo que comprenderá porque lo digo.
No dudo que mirar los escaparates de ropa y perfumes merezca la pena, los hay muy artísticos, pero estoy contigo en que hay otros escaparates menos rebuscados y más cotidianos que pasamos por alto, a pesar de guardar una belleza natural, el que muestras en tu fotografía por ejemplo. Saludos.
jajaja creo que no me has entendido bien. La fotografía es de un charco de la calle, que lo vimos mientras dábamos un paseo por las calles de la ciudad del amor viendo los escaparates, que como digo eran espectaculares, los de ropa, bolsos y demas, espectaculares como los tenían montados, arena de mar, conchas, ramas de árbol, no me alcanza mucho más la memoria (era pequeño y ya hace lo menos 6 o 7 años).
He dicho lo de pasar por alto porque es un charco y se suele pasar por alto 🙂
Saludos!